lunes, 22 de noviembre de 2010

Educación tecnológica: el ramo olvidado del currículo chileno.

Dra. Marcela Romero Jeldres,
Académico Departamento de Educación
Universidad de Santiago de Chile


El anunció del actual Ministro de Educación, referido al aumento de las horas de enseñanza de lenguaje, inglés y matemática, nuevamente es planteado como la solución para mejorar la calidad de la educación chilena, en detrimento de otros conocimientos: Educación tecnológica.


Hace algunos años atendiendo a que la enseñanza científica no podía dar cuenta por sí sola de los hechos tecnológicos y, por otro lado, la educación técnico manual circunscrita al espacio doméstico, no permitía dar un sentido o significado a la tecnología, se eliminaron las clases de técnico manual, por una nueva denominada Educación tecnológica.


Esta incorporación suscitó que fuera uno de los mayores cambios que tuvo la reforma educativa de 1997, no sólo por la innovación que traía consigo, su instalación obedeció a la promesa de desarrollo económico y nuevas competencias de inserción en los procesos sociales, que demandaron agilidad en la enseñanza-aprendizaje, incorporación de nuevas tecnologías e inclusión de nuevos contenidos, frente al ofrecimiento de desarrollo científico-tecnológico requerido por países como el nuestro que aspiraban a integrarse en la llamada sociedad del conocimiento y la información.


Así, con el mismo estatuto jurídico que subsectores de aprendizaje como lenguaje, matemática e inglés, la celeridad del ministerio por instalarla, se hizo con los mínimos apoyos formativos, técnicos y didácticos, entendiendo que esta disciplina reúne las variadas disciplinas de la ingeniería del mundo académico y significa para los países industrializados una preocupación prioritaria.


En Reino Unido, el desarrollo de la educación tecnológica ayuda a los estudiantes en la comprensión. El diseño es una parte esencial de la tecnología y se rinde una gran atención a ello para aprender a resolver problemas tecnológicos, los estudiantes suelen ofrecer soluciones tecnológicas a problemas que son el fundamento para las patentes de industrias.


El Informe del International Institute for Management Development (IMD), señala a Taiwán en el segundo lugar en el mundo en tecnología competitiva, y argumentan que esta clasificación hace necesaria la incorporación de la Educación Tecnológica si se quiere seguir siendo competitivos para una variedad de razones, facilitar la adaptación social, la mejora del desarrollo económico, incluyendo el desarrollo de talentos tecnológicos y la solución de problemas tecnológicos.


Para los países como Alemania, Australia, Inglaterra, Francia, Países Bajos, Suecia, Estados Unidos, y, Finlandia la alfabetización tecnológica es un objetivo universal, puesto que busca el desarrollo de capacidades como la planificación, elaboración, evaluación, social y moral/ ética de pensamiento, la innovación, el conocimiento, la flexibilidad y el espíritu empresarial. Los métodos de aprendizaje se centran en las experiencias de los estudiantes que participan en la planificación, análisis, invención e innovación, el hacer, y la evaluación del hacer. Los contenidos más importantes – al igual que en Chile-incluyen sistemas y estructuras de la tecnología, profesiones tecnológicas e industriales, prácticas de seguridad, ergonomía, diseño, técnicas de construcción, prácticas de evaluación, el papel y la historia del desarrollo tecnológico, estrategias de resolución de problemas, y evaluar y valorar la relación entre la sociedad y la naturaleza.


Para que esos contenidos se aprendan, los estudiantes deben aplicar desde los primero años, el lenguaje, las matemáticas, y el inglés y muchas otras disciplinas del conocimiento. En ese sentido, la educación tecnológica, es la motivación para darle sentido al saber, al producir conocimiento a escala escolar. Eso es aprender, y de paso, se desarrolla pensamiento crítico, y creativo, al resolver problemas de verdad. Todo eso pasa al enseñar educación tecnológica. Todo eso les pasa a los estudiantes de países más desarrollados, donde las artes y la música también están presentes y donde el estudio de la historia, sobre todo la de su país, les impide cometer los errores del pasado. Es decir, educación para el desarrollo humano.


Sin embargo, el Ministro de educación de nuestro país señala que es “difícil que los estudiantes puedan avanzar en los otros ramos si no tienen una buena base en lenguaje y matemática, la idea es que desarrollen las habilidades comunicativas y que las horas extras las usen para realizar ejercicios prácticos numéricos”.


Esta profecía auto cumplida, nos remite al principio de autoridad del método escolástico de finales del siglo VIII. Como educadora, dudo mucho que sean las estrategias correctas para que aprendan los nativos digitales hoy. Me pregunto ¿Se podrá hacer algo o debemos esperar a que algún informe internacional nos señale cuándo es ahora? Mientras tanto, la educación tecnológica pasará de ser un ramo prometido, a una asignatura olvidada.